Macri vs. Los DD.HH.

A continuación, las conclusiones del informe anual 2012 del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires:

Tras haber efectuado un repaso parcial de los incumplimientos constitucionales del Gobierno de la Ciudad en materia humanitaria, este ODH manifiesta que los Derechos Humanos se defienden todos los días y de diferentes maneras. A veces es necesario, recurrir a la Justicia. Otras, presentar un reclamo administrativo ante algún Ministerio. Pero en muchas oportunidades, el respeto a los derechos humanos, se logra en las calles. Ganando las calles. Cantando, reclamando, tocando puertas, discutiendo. Militando. Haciendo política.
Desde este ODH, entendemos que, como ONG ocupada en la vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales, hacemos política cuando decidimos presentar una acción de amparo, cuando presentamos un pedido de informe, cuando llevamos a cabo talleres en los barrios, cuando participamos de una marcha. No es política partidaria, sino política humanitaria.
Nos involucramos en la pelea por no ser neutrales ante la falta de respeto a la dignidad del hombre, reconocida en nuestro ordenamiento jurídico. Nos metemos de lleno en la batalla por lo mejor que tiene el hombre: luchar y ser mejores. Luchar y ser mejores, desde una base común: El goce mínimo de todos los derechos humanos, por todos los habitantes de esta Ciudad.
Nuestra militancia está acá, en esta Ciudad, que amamos y que defendemos. El informe que estamos concluyendo refleja una situación de angustiante e ilegal violación a todos y cada uno de los derechos humanos reconocidos en el articulado de la Constitución porteña.
No puede dejar de preocuparnos, de cara al futuro, que este documento, que recaba diferentes vulneraciones de derechos, es nuestro cuarto informe anual y no surgen ilusiones o realidades para entusiasmarnos en que este pueda ser el último. Por el contrario, el sesgo excluyente de la gestión se ha mantenido en todos los informes anuales que elaboramos durante estos cuatro años y todos los indicios reflejados indican que el año próximo nos encontrará en esta misma pelea por la vigencia de la Constitución.
No es esta una conclusión que intenta una catarsis. Debe inscribirse, al opuesto, en el optimismo sensato de militar por una causa justa, constatando que cada vez somos más los que nos sumamos a esta lucha; los que despiertan de una larga letanía; los que se desatan cadenas de miedo; los que descubren por vez primera, en sus años de juventud, que vale la pena involucrarse en la defensa de lo público, lo que es de todos; los que amanecen a la defensa temprana y eterna de la igualdad como principio rector del Derecho humanitario; los que empiezan a organizarse desde centros de estudiantes, movimientos barriales, sindicales, políticos, sociales, ecológicos, agrupaciones por el amparo de las minorías.
Podrán seguir existiendo informes en los que demos cuenta de violaciones de derechos humanos en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Pero habrá, también, un recuento de todas las acciones militantes que llevaremos a cabo para impedirlo y las que realizaremos para avanzar en la protección de estos derechos.
Con la constitución en la mano, seguiremos recorriendo los caminos que consagrarán, algún día, su vigencia plena, para la felicidad de un pueblo.

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